lunes, 1 de marzo de 2010
El pueblo que se comió el maremoto
Pobladores de la aldea chilena todavía no pueden creer que a la localidad se la devoró “una ola gigante”
El pueblo de Dichato ya no aparecerá en los mapas de Chile. Fue arrasado por una ola gigante que trajo las secuelas del terremoto de 8,8 en la escala de Richter que sacudió la nación sureña este sábado. La periodista Roser Toll Pifarré, de la agencia EFE, recoge las impresiones de sus pobladores:
Todavía hoy, dos días después del terremoto que asoló el centro y sur de Chile, los habitantes de Dichato no pueden creer que su pequeño pueblo costero, situado a 38 kilómetros de Concepción, dejó de existir arrastrado por una ola.
El escenario supera lo dantesco: las casas están desplazadas a más de 700 metros de su ubicación original.
El suelo parece un mosaico en el que con dificultad se diferencian las baldosas de la arena arrastrada desde el mar, las habitaciones succionadas y vueltas al revés, y más de media docena de barcos y lanchas encajadas entre las viviendas derruidas.
Dichato es hoy una planicie repleta de escombros y miradas estupefactas, con 26 muertos confirmados en la localidad, un número indeterminado de desaparecidos y más de un 80 por ciento del pueblo bajo las ruinas.
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