lunes, 21 de diciembre de 2009

21 de diciembre 2009, 3 años antes


Hoy estamos en este mundo paralelo al que se despliega el 21 de diciembre de 2012.
Amanecemos, nos reencontramos, salimos, trabajamos, consumimos el día equivalente al que, dentro de dos años, culminará el ciclo que se está desarrollando.
Hoy es un momento excelente para pararnos, cerrar los ojos y ver.
¿Qué esperamos que pueda suceder en tan señalada fecha?
¿Realmente no nos estamos dando cuenta de lo que está ocurriendo? ¿Puede la neurosis colectiva impedir que sintamos como el mundo está cambiando?
Para quienes todo sigue igual todo seguirá igual; el tiempo seguirá dejando constancia en los almanaques y el olvido desdibujará su lápida en algún lugar colocada.
Nada ocurrirá que no esté sucediendo ahora, el final de una película únicamente nos indica que la proyección ha terminado y que, durante un tiempo, se ha venido proyectando, con la particularidad de que aunque el guión está escrito somos los actores de esta historia y tenemos la posibilidad de improvisar.
Muchos hemos visto como el cine americano ha imaginado los sucesos del 2012, ahora nos toca decidir si queremos participar como meros extras o asumir el papel de protagonistas.
Es cierto que los datos científicos pueden ser contestables, que los astrólogos lo que hacen es ratificar informes testados por los Mayas, que las investigaciones concluyen en un sentido y existen otros posibles pero, dentro de cada una, de cada uno de nosotros sabemos que está en juego algo mucho más importante que unos meros fenómenos climáticos, que un cambio de polaridad o unas tormentas solares, la oscuridad no puede anidar donde habita la luz y son muchas las luces que se apagan y otras tantas que se encienden a cada instante.
Hemos elegido dar un paso adelante y marchar hacia la meta y en esa andadura de nada sirve dudar, negar, temer, gemir; la mochila ha de estar repleta de lo único que nos hará falta para llegar: AMOR.
Hoy estamos en este mundo paralelo al que se despliega el 21 de diciembre de 2012.
Amanecemos, nos reencontramos, salimos, trabajamos, consumimos el día equivalente al que, dentro de dos años, culminará el ciclo que se está desarrollando.
Hoy es un momento excelente para pararnos, cerrar los ojos y ver.
¿Qué esperamos que pueda suceder en tan señalada fecha?
¿Realmente no nos estamos dando cuenta de lo que está ocurriendo? ¿Puede la neurosis colectiva impedir que sintamos como el mundo está cambiando?
Para quienes todo sigue igual todo seguirá igual; el tiempo seguirá dejando constancia en los almanaques y el olvido desdibujará su lápida en algún lugar colocada.
Nada ocurrirá que no esté sucediendo ahora, el final de una película únicamente nos indica que la proyección ha terminado y que, durante un tiempo, se ha venido proyectando, con la particularidad de que aunque el guión está escrito somos los actores de esta historia y tenemos la posibilidad de improvisar.
Muchos hemos visto como el cine americano ha imaginado los sucesos del 2012, ahora nos toca decidir si queremos participar como meros extras o asumir el papel de protagonistas.
Es cierto que los datos científicos pueden ser contestables, que los astrólogos lo que hacen es ratificar informes testados por los Mayas, que las investigaciones concluyen en un sentido y existen otros posibles pero, dentro de cada una, de cada uno de nosotros sabemos que está en juego algo mucho más importante que unos meros fenómenos climáticos, que un cambio de polaridad o unas tormentas solares, la oscuridad no puede anidar donde habita la luz y son muchas las luces que se apagan y otras tantas que se encienden a cada instante.
Hemos elegido dar un paso adelante y marchar hacia la meta y en esa andadura de nada sirve dudar, negar, temer, gemir; la mochila ha de estar repleta de lo único que nos hará falta para llegar: AMOR.
Via: http://www.2012ahora.es/

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